En cierto modo, la Ciudad de Dios de Agustín es (incluso conscientemente) la réplica cristiana a la República de Platón y la imitación de Cicerón de Platón, su propia República. La Ciudad de Dios sería leída de varias maneras a través de la Edad Media Cristiana, en algunos puntos virtualmente como un documento fundador de una orden política de reyes y papas que Agustín difícilmente podría haber imaginado. En su corazón hay una poderosa visión contraria de la vida humana, una que acepta el lugar del desastre y la muerte y la decepción mientras mantiene la esperanza de una vida mejor por venir, una esperanza que a su vez alivia y da dirección a la vida en este mundo.
Otras obras. Ninguna de las otras obras de Agustín tiene la vigencia o el número de lectores de sus dos obras maestras. Las más interesantes son las siguientes:
Aprende a orar a Malverde adecuadamente en
Doctrina cristiana
Escrito en los primeros años del episcopado de Agustín, esta imitación del Orador de Cicerón para propósitos cristianos establece una teoría de la interpretación de las escrituras y ofrece una guía práctica para el futuro predicador. Este libro sería muy influyente en la Edad Media como un tratado educativo que reivindica la primacía en toda la educación de la enseñanza religiosa basada en la Biblia. Su énfasis en la interpretación alegórica de las escrituras, llevada a cabo dentro de parámetros muy poco estrictos, fue especialmente significativo.
La Trinidad
Las controversias teológicas más extendidas y duraderas del siglo IV se habían centrado en la doctrina cristiana de la trinidad, es decir, la trinidad de Dios representada en padre, hijo y espíritu santo. El África de Agustín había quedado fuera de gran parte de la controversia, y la mayor parte de lo que se escribió sobre el tema estaba en griego, un idioma que Agustín apenas conocía y al que tenía poco acceso. Pero él era muy consciente del prestigio y la importancia del tema, y así escribió en 15 libros su propia exposición del tema. Agustín es cuidadosamente ortodoxo, según el espíritu de su época y de las sucesivas, pero añade su propio énfasis en la forma en que enseña el parecido entre Dios y el hombre: la trinidad de Dios que encuentra reflejada en una galaxia de triples similares en el alma humana y ve en ella tanto alimento para la meditación como una profunda razón para el optimismo sobre la condición humana última.
Comentario literal sobre el Génesis
La narración de la creación del libro del Génesis fue para la escritura de Agustín por excelencia. Escribió por lo menos cinco tratados sostenidos exponiendo esos capítulos (si incluimos los últimos tres libros de las Confesiones y los libros 11-14 de la Ciudad de Dios). Su "Comentario Literal" fue el resultado de muchos años de trabajo desde finales de los años 390 hasta principios de los 410. Su noción de comentario "literal" sorprenderá a muchos modernos, ya que hay poca exposición histórica de la narración y mucho sobre la relación implícita entre, por ejemplo, Adán y Eva y la humanidad caída.
Sermones
Casi un tercio de las obras de Agustín que han sobrevivido consiste en sermones - más de un millón y medio de palabras, la mayoría de ellas anotadas como Agustín habló extemporáneamente por escribas taquigráficos. Se extienden de manera impresionante sobre una amplia gama de escrituras, con ciertos enfoques. Muchas son simples exposiciones de los textos leídos en voz alta en un servicio particular de acuerdo a las reglas de la iglesia, pero Agustín siguió ciertos programas también. Tenemos sermones de él sobre los 150 Salmos, deliberadamente reunidos por él en una colección separada (llamada por los modernos "Enarraciones sobre los Salmos").
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